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Una enfermedad en los riñones no suele presentar algún síntoma hasta que la afección llega a etapas más avanzadas, pero hay signos de alerta.

Cuando se producen fallos en este órgano, el riñón deja de filtrar la sangre, por lo que las sustancias que se encargaba de regular, como las de desecho o el exceso de agua, comienzan a retenerse en el organismo, haciendo que se acumulen en la sangre tóxica como la urea y la creatinina.

  1. Cambios en la micción: Levantarse durante la noche a orinar (nocturia) o hacerlo con más frecuencia y en mayor o menor cantidad de lo normal.
  2. Cambios en el aspecto de la orina: El color de la orina se empieza a poner más claro, más oscuro o se nota una leve presencia de sangre.
  3. Retención de líquidos: Se manifiesta en una mayor hinchazón de las piernas, los tobillos, los pies, la cara y las manos.
  4. Cansancio y fatiga: Presencia de un estado irregular, diferente a una fatiga de actividades de la vida diaria, debido al cansancio ocasionado por la retención de líquidos.
  5. Anemia: En algunos casos se debe al fallo renal, pero si no existe un antecedente genético de la misma, empezar a padecerla es un signo de alerta que debe ser evaluado por un especialista.
  6. Picor en la piel: También denominado prurito, es provocado por la retención de tóxicos (no evacuados o eliminados) que pueden depositarse en la piel.
  7. Sabor metálico en la boca: Y un olor a amoniaco en el aliento, se debe a una acumulación de la urea en la  saliva.
  8. Nauseas y vómitos: Además de perdida del apetito, que se empieza a ver reflejado en una notoria perdida de peso.
  9. Aumento de la presión arterial: Cuando el riñón presenta insuficiencia puede causar hipertensión.